La Salud Oral es un derecho que debe ser una realidad desde la gestación, es un indicador del bienestar y la calidad de vida de las personas, que va más allá de unos dientes sanos y encías rosadas. Es un indicador del bienestar y la calidad de vida de las personas, que pasa por lo político, económico, social y cultural. Que incide de forma importante en los procesos fisiológicos desde la succión, masticación, digestión, respiración y sentido del gusto; y en las relaciones sociales, desde la comunicación, el desarrollo del lenguaje, la expresión de los sentimientos y afectos.

La Salud Oral es un derecho que debe ser una realidad desde la gestación, es un indicador del bienestar y la calidad de vida de las personas, que va más allá de unos dientes sanos y encías rosadas. Es un indicador del bienestar y la calidad de vida de las personas, que pasa por lo político, económico, social y cultural. Que incide de forma importante en los procesos fisiológicos desde la succión, masticación, digestión, respiración y sentido del gusto; y en las relaciones sociales, desde la comunicación, el desarrollo del lenguaje, la expresión de los sentimientos y afectos.      

Desde esta perspectiva, la salud oral con sus componentes y funciones representa un espejo de la salud y el bienestar general, porque condiciona y está condicionada necesariamente a la buena alimentación, las buenas relaciones interpersonales, el desarrollo de los procesos de aprendizaje, la conformación de la identidad personal; constituyéndose así como parte esencial en la potencialización de capacidades y oportunidades para el desarrollo humano y la construcción de la sociedad.

Por lo anterior, a partir del 2004 la ciudad cuenta con la Política Pública de Salud Oral para Bogotá, que es una herramienta para avanzar en alternativas de acción que garanticen el derecho a la salud oral, la promoción, prevención y atención de la salud oral como parte integral de la calidad de vida y la salud. El objetivo de esta política es: “Mejorar la situación de salud oral de los habitantes del Distrito Capital disminuyendo los índices de morbilidad oral, garantizando con los actores comprometidos en el proceso el acceso a los servicios, la integralidad en las acciones, la atención oportuna y humanizada, la pertinencia en la atención y la seguridad en cada uno de los procesos”.

Desde el 2006, la ciudad ha implementado el Subsistema de Vigilancia Epidemiológica para la Salud Oral (SISVESO) mediante el cual se realiza la vigilancia centinela de seis eventos en salud oral: caries cavitacional, opacidad blanca, opacidad café, fluorosis dental, gingivitis y periodontitis; asimismo, el subsistema genera tres alertas epidemiológicas para salud oral: alerta por componente cariado, cuando hay tres o más dientes cariados que no han recibido intervención; alerta por componente perdido por caries, cuando hay tres o más dientes perdidos por caries; y alerta por sangrado. Esta identificación se realiza en la consulta odontológica de primera vez en todas las etapas de ciclo vital y en todos los regímenes de salud.

La Secretaría Distrital de Salud viene trabajando desde hace varios años con las personas en sus diferentes etapas del ciclo vital a través del Programa Territorios Saludables, lo hace en conjunto con la Secretaría de Educación Distrital, la Secretaría Distrital de Integración Social, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y la población de las localidades del Distrito Capital en los espacios sociales donde transcurre la vida cotidiana de las personas, con las familias, la comunidad educativa desde el preescolar, las personas que se encuentran institucionalizadas con su red de apoyo y en los espacios públicos, disponiendo de la estrategia Servicios de Salud Colectivos.

El trabajo se desarrolla con las familias; los docentes; las directivas y padres y madres de familia o acudientes de jardines infantiles y colegios; así como con las niñas y niños de los hogares comunitarios de bienestar de infancia; con las madres gestantes y lactantes de los FAMI; con las personas mayores institucionalizadas, para quienes los profesionales de la institución se convierten en su familia; y, por supuesto, con la población habitante de calle usuaria de los Centros de Atención a la Drogodependencia (CAMAD). La priorización de la población da cuenta de las vulnerabilidades que presenten, el momento de formación de ciudadanía que esté viviendo el sujeto según el curso vital o el rol que desempeñan en el proceso de formación.